11.05.2009

Crónica 16 - V 1.3234

... y contando, seguido muestra el regreso al mismo punto un sentido del humor perverso. No es fácil recordar esos momentos tan felices frente a tanta frialdad, duele pero atrae con enfermizo círculo virtuoso ya que no dejamos de aprender.

La piedra que nos tropieza no es la misma de ayer, pero como se parecen, las caidas no son diferentes tampoco y menos el dolor pasmódico de la irrealidad conjuntiva. Es exquisitamente de ellos y de nadie más, por eso los sabores tan familiarmente lejanos, el olor es tan desagradable que invita a devorarlo con la espera de extirparlo.

El día fue algre, se encontraron en una ventana ya usada con frecuencia para tal propósito, pero no se habla de lo bello aquí, sino de lo que lo rodea todo el tiempo. Se observa con facilidad que no mentía aquel que dijo que todo depende del ángulo en que se miran las cosas.

Hoy en día se escribe mucho y se hace o se dice poco y aún en esos pocos que sí lo hacen (que aquí no se ve el caso), no se esfuerzan lo suficiente para el gran logro. Es un tanto depravado el sentimiento pero da fe de vida.

Es tan oscuro como el cuarto que rodea la luz contrastante con el negro de la pluma que no existe, cuanta sobra de letras y falta de sentido.

Qué idiotez, vaya.

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