6.06.2011

Stappen

La luz es tenue a las 3 de la tarde, pero las aves aún cantan entre la lluvia como si apenas saliera el Sol de un nuevo día. El profundo olor a madera recuerda una flama que daba calor en la mitad de la noche con la Luna que se escondía entre las nubes.

Ese olor a hogar que cobija desde antes de dar el primer paso dentro de la casa, la inmensidad del cielo que asoma cada ventana y traga luz y el panorama perfecto del campo recién rociado por la mañana es infinitamente bello. Lleno de vida, te colma de ella. Las fragancias y las imágenes se corresponden, en ratos quisiera acompañarlao de mi música preferida, pero el sonoro canto de la naturaleza me invita a seguir así, tranquilamente hipnotizado por sus notas: instrumentos de viento y agua, coros de aves y susurros secretos... Es una realidad surreal que solo se manifiesta cuando te lo permites.

Esa escalera que baja la guardia y deja fluir el instinto, es ahí donde todo comienza, es ahí donde nace esta historia...

Es tarde y el Sol aún esconde a la Luna con su luz. Celoso de su amante, distrae a sus expectadores dando vida a otro mundo. Deja entrar el frio de la noche, su rocío escondido que no te moja, simplemente te refresca; acompaña de matices nuevos a paisajes viejos a los que el ojo ya se había acostumbrado.

Suenan melodías melancólicas, unos cantan a la Luna que no llega y otros alientan al Sol a quedarse con ellos para siempre, cansados del ocaso que se repite agónicamente. En esta felicidad disfrazada con olores somnolientos nace la cuna perfecta para arropar sentimientos y nutrir la esperanza, dan pie a la imaginación inmortal de soñar despierto y vivir dormidos.

En esos sueños se descrubren miradas entre los recuerdos, todas diferentes y todas iguales, lo mismo que el atardecer. Con un brillo enorme que no necesita palabras y acompañadas de un marco distinto en cada imagen. Los ojos no son los mismos pero el sentimiento es idéntico, la chispa que renace de ese fantástico brillo es eternamente acojedora.

Esta invitación a acabarse la ilusión del tiempo juntos y ser inmortales, de plantar una semilla y verla convertirse en un bosque al que llamaremos familia...