12.31.2011

Itxiera

El portal de algún sueño se manifiesta en la realidad cotidiana y su rutina elemental, el amanecer y el ocaso van marcando el ritmo en esa danza entre el Sol y la Luna. En el fluir acuoso del tiempo, en éstos momentos tan lúcidos, Morfeo es ajeno al portal. En ésta ilusión del presente empieza el viaje dentro del portal o quizá del otro lado, pero eso tiene muy poca importancia, lo verdaderamente importante es que el viaje empezó. Y lo hizo con un susurro a la vida y una caricia al olvido...

Pasan segundos que duran meses y se viven años que se esfuman en un instante, las decisiones guiaron a éste lugar mágico en donde todo puede cambiar otra vez. Se escoje actuar y resbalar suavemente entre las telas de la existencia y la incertidumbre del mañana es imperceptible ante la presencia de un romance que nació entre nubes y estrellas. Se dibuja una fuerza oculta pero tangible que acompaña cada latido ferviente y cada suspiro de aliento.

Empieza una nueva etapa y con ésta se cierra un ciclo al que ya jamás habrá retorno. Los sentimientos abruman a la lógica y se convierten en un éxtasis perpetuo, las palabras se convierten en pensamientos que jamás abandonan la lengua y los pensamientos en acciones que platican lo que el alma vibra...