10.31.2011

Peace

I don't have a religion or base belief system but I will still try to portray my basics in the topic and contribute to the conversation. In a nut shell I believe in all existing faiths but not in religion, do not practice any faith in specific but have taken great learning from passages and quotes from all religions and prophets, from Bahais to Catholics, from Taos to Muslims, from Atheists to Agnostics, from Mayans to Sufi's, etc...

I believe that we are one, but not the same. I believe that we are all energy, the same energy, humans, animals, planets, things, etc. I picture all that energy like a floating ocean, we are all but one drop, take me out (a drop) and nothing happens to the ocean, but take them all? nothing remains.... I believe that we all play a role, that does not oppose, I believe that there must be unity in diversity, embracing the differences to understand how they seek the same thing.

Imagine that we all like ice cream, why would we have to settle for vanilla or chocolate? At the end we can all choose a flavor or a mix, but the result is the same. We are all eating something sweet. This is my take on peace... I've been fortunate enough to meet wonderful people with different sets of beliefs and: all of them have the same basic ground rules, all of them despite the wording or language talk about unity, peace, good and meaning.

I have not met one single person that is congruent with their prophet/religion/beliefs and does not know peace. Peace is a way of life that starts with us. When we live in peace is a magnificent and very contagious energy manifestation. On the other hand when I find people that say that believe in something but are deaf to what they pray/believe/say, I've never seen peace within them, therefore tends to build tension around them.

I'm marveled to see so much awareness on earth, everyday I feel how humanity is increasing its percentage of consciousness and how we are uniting...

10.30.2011

II

Cuando vivía en Los Guayabos una de las cosas que más me gustaban era regresar de visitar a la familia, significaba que ya había jugado por horas con mis primos, comido comida de Bita y una que otra golosina. Pero sobre todo, lo que más me gustaba, era el camino: esa sublime transformación de ciudad a bosque, de edificios disminuyendo su tamaño paulatinamente, los caminos encogiendose, el concreto a empedrado.

Disfrutaba mucho el sonido, el cambio en el aroma y mi parte favorita era el último tramo antes de entrar a Los Guayabos... Un empedrado tranquilo que marcaba el sendero de las llantas entre hiervas y pastizales que crecían entre las rocas, una gran muralla del lado derercho del camino, donde se asomaban grandes árboles que regalaban flores todo el año, a veces en las ramas, otras tantas flotando en una danza de bienvenida.

Al final de la ruta estaban los portones de madera más grandes que haya visto, los cuales resguardaban un lugar muy especial. Una vez dentro, a la izquierda estaba la caballeriza donde casi siempre estaba Martín, mi amigo y caballerango, para recibirnos. Unos momentos más adelante a la derecha estaba la casa de eventos, albercas y terraza de la comunidad.

Y finalmente, después de un leve suspiro, llegábamos a nuestro hogar.

10.28.2011

I

Mi recuerdo dice otoño, recuerdo estar jugando con Suki, nuestro Huski que parecía más lobo mexicano que perro de nieve, estábamos en la terraza que daba al bosque cuando lo vimos en el barandal. Un majestuozo perico, muy colorido y valiente ya que la presencia de Suki le era indiferente.

Durante algunas semanas se convirtió en otro miembro de la familia, todos los días lo buscamos en el mismo barandal, donde nos tocó conocerlo. Ahí tomaba galletas y semillas de nuestras manos para después deleitarnos con su vuelo entre los árboles y rayos de luz que se filtraban entre hojas y ramas.

Al término de esa semana, voló y yo tendría unos 4 años.

10.26.2011

Pritje

Después de un viaje corto pero profundo, simple pero completo, Kcirevam se despide de sus ancestros con una sonrisa y un abrazo de corazón abierto. Sus sentidos colmados suavemente se relajan al percibir a sublime lejanía que ahora lo separa de todo y de nada. Es momento de comenzar un viaje más, uno aún más interesante y hacia lo desconocido.

El viaje empieza en su mente, mietras camina lentamente a su hogar. Kcirevam aprecia el amanecer rosado que ilumina con delicadeza el horizonte, lo siente, lo vive; pero no deja de lado sus pensamientos abismales. Dentro la ilusión del tiempo se percata que sin esfuerzo ya está en casa, sentado, desnudo, cómodo, sereno. Los pensamientos e ideas crecen, culminan, mueren, se contradicen y se hace hacen cómplices. El entorno es realidad aparte, su vista ve imágenes que no están en el cuarto, su oido percibe vibraciones que existen en otro mundo, su olfato se deleita con fragancias exquisitas de otras tierras, su tacto es imune al entorno como si una burbuja de agua cálida le cubriera y su gusto sabe a libertad.

La noche cobija lentamente al atardecer y Kcirevam ya ha viajado varias Lunas, regresa a su entorno físico y empieza otro trayecto más. Esta vez con los sentidos del alma y no del cuerpo. Se permite fluir en estas sensaciones y sentimientos, que lo transportan a un estado de autentica felicidad. El absoluto se manifiesta.

Kcirevam se entrega a Morfeo. Morfeo permite que su cuerpo descanse, pero lo lleva a un viaje aún más lejano. El subconciente se manifiesta en la conciencia y se fusionan ante Kcirevam.

Por fin abrió los ojos y sus párpados siguen cerrados, aún duerme pero Kcirevam puede ver.

Un nuevo sol se percibe diferente, Kcirevam tiene respuestas que no buscaba, traza rutas que no le importan, camina un camino que yace desde hace mil eras pero pisa sus propios pasos. Bebe directamente del río y la cascada, camina sobre piedras y hierbas, flota con el viento y se refugia en la montaña.

La marea del viento se dibuja sin distinción sobre agua y pastizales, rie y canta con la luz. Dichas melodías acompañan a Kcirevam en su último viaje de esta era. Un paso al comienzo de un final y el final de una historia.

Ha llegado el momento.