12.02.2008

Sweded

Volviendo a mis instintos me despierta una caricia seductora, pasa por la parte interna de mi muslo izquierdo, me tienta: me despierta. Me dentengo extasiado para encontrarme dentro de otro sueño, es una playa conocida, un calor humano familiar, un olor a hogar y el sonido del tiempo suspirando la culpa... ¡pero puedo volar! ¿Por qué no puedo despertar?

Ahora en la arena, me sonrie y mi sonrisa termina en beso, beso en la almohada, esta no es mi almohada, ni mi cama, ¿quién es ella?, otra sonrisa, otro beso, pero... sigue en beso, me levanto, me mojo la cara, ya no está y mi nariz ya está en la cocina, la alcanzo y ahí están las dos. Qué delicia, otro bocado y me sabe a otro lugar. Otra vez...

Ahora estoy donde debería estar, dormido, en mi cama, en mi cuarto, ¿en mi casa?, ¿yo tengo gato?, a ella sí la conozco, nos subimos a mi coche, sí a mi coche, manejo como siempre, esa mano en mi mulso... ¿es la misma? Esa voz es dulce, me atrapa, me deja... en una ambulancia. Pregunto por ella, pero... ¿es la misma? No estoy loco, y para entonces ya estoy en Lille, ¿cómo llegué a Francia?

- En barco-

-¿De verdad?-

- No -

Suena el despetador, pero sí me levanto, en la ducha pienso lo raro de haber descansado tanto con tantos sueños. Apago la luz, no se apaga, seguro era el sol, otra vez al apagador y otra vez estoy soñando. Suena el celular, ya son las 6pm, ahora estoy en el baño de luz, me relaja, me llena de música, y colores y ahora... Es una orgía de lenguas, solo dos, creo, avanzan entre cuello y abdomen, se desvanecen, efímeras.

Un momento, es un dragón, mi alebrije, se llama.... no sé, pero es mío.

¿Ya?