1.22.2011

Instinto

Una sonrisa se roba todo el campo visual, él queda perplejo ante la luna que destella desde sus hermosos y brillantes ojos. El viento resbala por un rostro pálido, ligeramente colorado por el frío que abraza a los árboles que acompañan el camino. Ella es increible, sonriente; esa sonrisa... que atrapa, que transporta y que incita a conocerle.

Ella se encuentra al otro lado, se mira cercana e inalcanzable. Enteramente radiante en una noche llena de sombras producto de una luna desmesurada. Ante obstáculos tangibles inicia una batalla feroz por un intercambio de miradas. Los espectadores no se quedan tranquilos ya que les incomoda dicho encuentro y se aseguran que tal cercanía se disipe aparentemente.

No puede soportar un segundo más sin su sonrisa, sin esa alegría rebosante. Pelea con intensidad hasta que vislumbra una luz suave e infinitamente delicada, ha encotrado no sólo la sonrisa sino ese roce de miradas exquisito. Ha sucedido una conquista mutua, esa conversación en silencio y lejanía es: perfecta y llena de vida. El sentimiento de profunda atracción los envuelve en un manto donde el tiempo no existe.

Sin embargo el momento mágico se ve interrumpido al acabarse el camino. La multitud es engañosa y consigue esconderla de él entre matices y aromas. Una búsqueda frenética pero calmada inicia y termina infructuosa.

Ella ha desaparecido frente a sus ojos...

Él busca en ese camino...

Él espera encontrarla...

Él ansía la sonrisa....

Ella es un misterio...

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