Querido diario,
Hoy haré uso de ti y procuraré hacer lógica a tu nombre.
Hoy tomé muchas desiciones, fluí con ellas y terminé donde mismo.
Me caí tres veces desde alturas asimétricas, por la misma razón pero con sentimientos diferidos.
Después de cada caida volví a subir y cada vez que subía caía desde un punto más alto al anterior. Más allá del dolor inexistente exsistía un gozo mostruoso, pero que al fin y al cabo era gozo.
Fluye con destreza el juego sobre mi escencia, es más bien diferente a la congruencia. En su defecto nulo hay un aire de grandeza y en la inexorable pantalla del recuerdo, solo existen palabras negras en el fondo blanco de mis penas.
Ahora disfruto de tu sabor sónico y el olor de la conciencia; todo esto con matices y colores de crayolas. Es más hermoso que espantoso. Y me conoce.
Os mando un beso retorcido, dijo. Y tú no escuchaste, por que no quisiste, es verdad ahora recuerdo.
Y eran uno mismo, pero eran tres.
Hoy haré uso de ti y procuraré hacer lógica a tu nombre.
Hoy tomé muchas desiciones, fluí con ellas y terminé donde mismo.
Me caí tres veces desde alturas asimétricas, por la misma razón pero con sentimientos diferidos.
Después de cada caida volví a subir y cada vez que subía caía desde un punto más alto al anterior. Más allá del dolor inexistente exsistía un gozo mostruoso, pero que al fin y al cabo era gozo.
Fluye con destreza el juego sobre mi escencia, es más bien diferente a la congruencia. En su defecto nulo hay un aire de grandeza y en la inexorable pantalla del recuerdo, solo existen palabras negras en el fondo blanco de mis penas.
Ahora disfruto de tu sabor sónico y el olor de la conciencia; todo esto con matices y colores de crayolas. Es más hermoso que espantoso. Y me conoce.
Os mando un beso retorcido, dijo. Y tú no escuchaste, por que no quisiste, es verdad ahora recuerdo.
Y eran uno mismo, pero eran tres.
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