3.28.2013

Nxitim

Huele a eso que se crea todos los días, a esa combinación que no se puede dar con nadie más y en ningún otro lugar. El aroma colma el entorno, sutilmente pero fiel a su propósito. El aliento del momento se funde con el nuestro, intoxicándonos en su dulce recuerdo. Se vive y se sueña, se siente y se observa. Nos exita sin movernos, nos satisface sin pensarlo, nos acaricia suave y eternamente en un sopor suculento. Nada que decir, mucho que gozar...