1.31.2010

Pestaña

Despierto sutilmente como respuesta a la exquisita combinación de matices que exitan mis sentidos, por un lado, mi piel y mis ojos sienten como el sol hace relevo a la luna, por otro nuestro aroma seguido de tu perfume natural. También escucho tu despertar, el sonido perfecto de tu respiración y el roce suave de nuestros cuerpos y las sábanas cómplices. Aún queda en mis labios el sabor de tu cuello.

Cuando por fin ceden mis ojos me encuentro maravillado ante una sonrisa tenuemente dibujada en un rostro puro. Un reflejo baña de una tenue luz tu radiante figura, deliniando con detalle el bello contorno de tu ser.

Pareciera que Morfeo continúa siendo dueño de mi realidad, tu mirada profunda me dice algo más dulce, algo más real y fantástico. Así que despierto completamente ante tus ojos, genuinos espejos de mi alma.

Gentilmente te rodeo entre mis brazos mientras instintivamente tu cuerpo se entrelaza en el mío, una gran alegía invade mi cuerpo, igual que el sonido del agua que corre por el río a la derecha de la cabaña.

Aquí me quiero quedar...