4.27.2009

Señor Cometa

Un sinónimo a mi nombre, un ente descriptivo, un adjetivo desconocido, un sobrenombre especial, un recuerdo universal, un sentimiento de satisfacción, una persona que lo otorga, una serie de palabras que escuché cuando las leí, una relación infinita, una duda.

La respuesta yace en el acertijo, en el yugo de la incertidumbre, a un lado de la sombra de dos amantes besándose en sueños. Aterrizamos en una memoria palpable, sentados en una montaña y contemplando a sus rivales, mencionamos lo impronunciable y el viento esconde nuestros vocablos entre lo más profundo de nuestro ser.

Encontramos una hoja seca y perfecta en la vereda, viajamos con ella.

Viajamos años atrás al instante de nuestro primer encuentro, ahí se define nuestro futuro, lo que ahora olvidamos y vibra desde el subconsiente. El silencio de nuestras miradas callaba toda música con sutileza, ramificaba una realidad aparte, éramos y somos.

¿Quién soy?