8.09.2008

Broken Vanya

Vestido con la luz cálida de la habitación, cansado y contento, sonriendo a la luna que se esconde sin éxito de una mirada profunda, una gota de sudor recorre la espalda mientras los brazos firmes dan forma a todo su cuerpo.

Entrena duro en su inexistente soledad con la vaga ilusión del tiempo de su lado, nadie más que Vanya sabe lo que pasa y si acaso se supiera que hace todas las noches: nadie entendería por qué.

-Vanya, amor ¿a qué hora comeremos?- suspira Shepire desde la cama. -A las tres nos vamos- contesta cálidamente Vanya, mientras sale corriendo al sol del medio día. La luz es intensa y no lastima, el sonido del viento corre con más fuerza que los pocos autos que merodean la zona, los rostros ya no muestran sorpresa al verlo correr, más bien se muestran aliviados en su rutina.

Desde el cerro voltea rumbo a su casa, como si pudiera ver a Shepire, sonriendo al viento y al sol. El regreso es mucho más rutinario aún, tanto como la gravedad en eterna complicidad; cada día más cerca y extraño.

La pequeña fonda es bella y la comida vale su precio, pero hay que ahorrar...

Phillip y Maarhj los invitan a pasar, las estrellas le dicen diferente y Shepire decide caminar. Las nubes acompañan esa danza entre dos, -te amo- y Vanya es feliz.

Ahí está Vanya vestido de luz, un parpadeo sutil y todo es real, es hora de despertar...