7.02.2008

Reconstrucción.

Hola, nos vemos.

Me recibiste con esa sonrisa cálida, nos despedimos con ese beso mortal.

Un saludo parcial, momentaneo pero eterno; una despedida de eterna fugacidad.

Esa sonrisa que no se borraba con cada beso, con cada caricia; ese recuerdo pasaba de presente a inmortal en tan poco tiempo.

La ropa que vuela cae con violencia y la desnudez es tranquilamente bella; el contacto de piel libre en cada roce es, infinitamente placentero.

Esas palabras de aliento y ese olor a momento dan vida a un reencuentro, la exitación múltiple; satisfechos, rebozantes, cansados y contentos con la charla en el silencio de las miradas.

El espejo en la pupila nos confirma la hora, no hay más que pensar o decir porque la sangre ya actua y tú ya te diste cuenta; ahora pensamos lo que decimos y decimos lo que pensamos mientras la inactividad solo es un sueño.

Me conoces y yo creo saber quien eres, no me engaño y fluye el instinto; no me conoces y yo te conozco mejor que nunca.

Hola, nos vemos.